CoRe Collection

Fibras 100% recicladas; tejiendo un nuevo ciclo de vida.

Los materiales y las fibras que usamos en nuestros tejidos son uno de los ejes principales que han definido y seguirán definiendo los productos de Laura Áñez Textiles, por su calidad, por los beneficios en quien los usa y por la huella que estos dejan en el planeta. Somos una marca que se preocupa por tomar decisiones en pro de la sostenibilidad y los materiales han sido siempre una de las determinaciones más trascendentales de nuestro proceso. Aquí les contaremos un poco más de lo que nos llevó a abrir este nuevo capítulo que busca darle una nueva vida a materiales no vírgenes que de otra forma serían descartados.

LAT se ha caracterizado desde un comienzo por la suavidad de sus tejidos hechos con  fibras naturales, principalmente fibra de alpaca, y ahora llegó el momento de probar algo nuevo, de crear de forma sostenible con nuevas estrategias. Así que después de una larga investigación de posibles materiales y proveedores locales, optamos por trabajar con un material 100% reciclado compuesto de 70% algodón y 30% poliéster. Esta fibra le dio origen a CoRe Collection, una línea que mantiene la técnica y el saber-hacer artesanal y local que nos caracteriza, proponiendo nuevas siluetas y patrones en nuevos productos desde esta nueva materialidad.

Vivimos en un momento de sobreproducción y sobreconsumo en todos los ámbitos de nuestras vidas. Greenpeace afirma que en los últimos 10 años se ha producido más plástico en el mundo que en toda la historia, y lo mismo ocurre con los materiales textiles que están en constante producción para satisfacer los ritmos acelerados del mercado. La cultura de lo desechable y lo efímero se traduce en una acumulación de residuos materiales en el mundo, como botellas plásticas, retazos y prendas textiles descartados en las fábricas a lo largo de todo el ciclo de vida del producto, desde el proceso productivo hasta después de un corto uso. Por fortuna, hay personas y empresas que se han dedicado a recolectar estos materiales y transformarlos en fibras y otros productos de muy alta calidad aprovechables en otras industrias como alternativa a materiales vírgenes utilizados tradicionalmente. En Colombia, algunos proveedores locales también han encontrado en esto una oportunidad para ofrecer este tipo de fibras recicladas a marcas como Laura Áñez Textiles que buscamos opciones más sostenibles en el proceso de creación.

Pero ahora bien, ¿qué ventajas tienen estas fibras para el medio ambiente y para quien las usa?

El algodón reciclado es, de acuerdo a análisis de expertos, la fibra más sostenible actualmente. Esto se debe a que no necesita áreas de suelo, agua, pesticidas o procesos de recolección para producirla, sino que el proceso de transformación comienza con la fibra en un estado mucho más avanzado que permitiría reducir la frecuencia o cantidad de estos insumos. Por la misma razón, se trata de un proceso que usa menos energía y agua, dos de los recursos más valiosos e importantes al analizar el impacto medioambiental de un producto. A pesar de tratarse de una fibra que es procesada por segunda vez para darle un segundo ciclo de vida, esta mantiene sus características y propiedades beneficiosas para los usuarios, como la suavidad, la transpirabilidad, sus cualidades hipoalergénicas saludables para cualquier tipo de piel, entre otras. Este material resulta tener características muy similares a las del algodón orgánico, según varios estudios y usuarios.  

En cuanto al poliéster reciclado, este proviene principalmente de botellas plásticas recicladas. Este material recuperado, al igual que el algodón, evita la extracción y el procesamiento de recursos vírgenes, en este caso del petróleo. Este proceso genera un 75% menos de emisiones de CO2 que el necesario para procesar el poliéster virgen, una de las materias primas más utilizadas en la industria textil. El caso del poliéster es especial, pues permite usar elementos como botellas y otros productos plásticos producidos en otras industrias para crear fibras textiles con las mismas características. Esta fibra es la más popular en la industria textil desde mediados del siglo XX porque es liviana, resistente al desgaste y a las altas temperaturas, es flexible, impermeable y tiene cualidades térmicas para quien lo viste. Todas estas son cualidades que aportan a la calidad de esta unión con el algodón reciclado.

Al ver que los beneficios tanto para el medio ambiente como para nuestros clientes eran evidentes, tomamos la decisión de crear una línea que implementara esta estrategia de diseño circular, una que se basara en la reutilización y en las segundas oportunidades a los materiales textiles más usados. Uno de nuestros principios fundamentales es ser siempre coherentes y consecuentes con lo que creamos, así que esta fue una oportunidad de renovarnos a través de una nueva materialidad para nuestros tejidos que era igualmente consecuente con nuestros pilares de trazabilidad.

En conclusión, la reutilización de estos dos materiales es una forma de mantenerlos en el ciclo de vida útil por un periodo de tiempo más prolongado, evitando así su llegada a los vertederos y reduciendo el uso de materiales vírgenes que requieren de muchos más recursos para ser procesados. Por esta razón, desde Laura Áñez Textiles hemos encontrado en ellos una alternativa para continuar con una producción responsable apoyando a proveedores locales que nos permiten acceder a estas fibras para crear nuevos productos que tengan nuestro sello de estilo y calidad.

Nota: Queremos ser enfáticas en que la posibilidad de reciclar algunos materiales como el PET y el algodón no nos exime de la responsabilidad como consumidores de reducir nuestro consumo, pues el hecho de que algo sea reciclable no quiere decir que en realidad se vaya a reciclar. Según la ONU, solamente el 9% del plástico del mundo es reciclado actualmente por diversas razones como el manejo local de los residuos o la infraestructura necesaria para lograrlo. La mejor decisión para el medio ambiente siempre será reducir, reusar, rediseñar, revender o reparar antes de reciclar, además de consumir menos y hacerlo responsablemente.